Darle a un estudio el nombre de su fundadora podría responder a una personalidad egocéntrica e individualista. No es exactamente así: al lado de Eva siempre hay un maestro y un gran equipo. Fue Albert Just, uno de sus mentores y amigo, que decidió que su estudio se llamara así. Un nombre femenino y de fuerte significado, una persona entusiasta, valiente que siempre está de buen humor.
A través de los ojos de Laia se puede ver su mar, el Mediterráneo. Todo aquello que ella crea es así: bello, real e inteligente.
La única persona que tiene la capacidad de estar en todos los rincones del estudio al mismo tiempo. Inagotagle. Amante de la sabiduría popular, de la caligrafía, el lettering y del diseño editorial.
Una apasionada de la bicicleta y del coleccionismo gráfico. Su colaboración con publicaciones de este sector nos convierte en receptores de inspiradores tesoros que llenan nuestras estanterías.
A Elena, la responsable del “todo” que rodea al diseño y que no es diseño, le gusta estar rodeada de flores y plantas. Ella misma reconoce que la vista al jardín fue el principal motivo para aceptar formar parte del equipo.
Viendo como Laura compone espacios, selecciona tipografía, armoniza colores y crea productos, se te puede olvidar que, antes de ser diseñadora de packaging, era ingeniera. Pero esa ingeniera sigue ahí, día a día, armonizando creatividad y rigor.