Conservas Ortiz es una de las compañías con más tradición del mercado español y además una marca icónica. Detrás no hay un ejercicio complejo de marketing, solo hay persistencia en hacer producto de calidad y orgullo en mantener un packaging que se ha convertido en su marca.
El Bonito del Norte y las Anchoas han sido durante muchos años los dos productos insignia de la compañia. Este envase fue diseñado al incorporarse la Sardina a la Antigua en su portfolio de productos. El reto era transmitir que el nuevo producto mantenía las máximas de la marca en cuanto a selección de materia prima y procesos de elaboración propios. Para cumplir el objetivo hicimos un viaje al pasado. Nos sentamos al lado de aquellos ilustradores y tipógrafos anónimos que trabajaban para las marcas y que sembraron de envases icónicos nuestras estanterías, aprendimos de ellos observando su trabajo, y cumplimos el cometido: creamos un envase de "vieja escuela" que mantenía toda la esencia de la marca.